El corazón se acelera de 60 a 100 en pocos segundos. Todos los poros de mi piel desprenden rayos de luz hacia una misma dirección. En mi estomago bailan mariposas de colores y en mi boca desaparece todo liquido existente segundos atrás. Navegando por mi cuerpo sale a través de mis manos, que escondo con disimulo. Mis ojos, con un brillo propio solo de los meses de verano, fijan su atención en ese punto. Mírame. Una sonrisa contagiada inunda mi cara sin evitarlo. Un contacto en la mejilla y padeceré una muerte súbita. No te aproximes... pero acércate con cuidado. Haz que no me has visto. Mis ojos intentan esquivarte. Me buscas con la mirada y nos encontramos. Si hablamos a la vez no nos entendemos. Déjame hablar y escucha. O mejor dime tu.
Dejémonos de palabras. Ahora... solo siente
Increïble, veig que has tingut un canvi repercutiu en la teua forma d'escriure, m'agrada. Mas madera!!!!
ResponElimina