Y allí esta... esa compañera de viaje más amiga del buen tiempo. Cuando los pájaros nos regalan al oído dulces melodías y el viento mueve el tejido de las ropas al andar. Esa que aparece cuando los rayos del sol hacen mella en su semejante... Esa que nunca te abandona a tu suerte. Solo se esconde a menudo cuando tiene frío o el cielo llora desconsoladamente.
Que haría yo sin ella. A veces tan perfecta que hace daño mirarla. A veces tan difusa que no sé donde encontrarla. Hay algo en ella familiar, que me haría echarla de menos si se fuese... Gris como el asfalto, dobla mi paso al andar y tiene mis fallos y virtudes. No tiene ojos ni cara pero puedo oir su aliento mientras el sol aprieta y mis ojos miran al suelo....
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